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Pautas para un Horario Visual

Los horarios proporcionan pistas visuales que indican a los niños(as) que actividades tendrán lugar durante el dia y en que orden. Los horarios pueden desarrollarse a cualquier nivel, adaptándose a la compresión del alumno(a). El objetivo prioritario es que los alumnos(as) comprendan el horario, de forma que puedan utilizarlos para ir de una actividad a otra con autonomía. Asimismo, las agendas visuales también ayudan a los alumnos a mejorar su flexibilidad y prepararlos para los cambios.

A continuación te daré 7 pautas para hacer un horario visual ideal:


1. Nivel del horario

Dependiendo de la capacidad cognitiva y desarrollo del niño tendremos que elegir si será con objetos, imágenes o escrito adaptándolo a la compresión del usuario. Siendo el horario con objetos, el más básico y sencillo, recomendado para los/las niñoas(as) que presentan más dificultades en el seguimiento de secuencias (discapacidad intelectual severa etc.). El de imágenes es el más común y el escrito esta mas enfocado a usuarios que ya saben leer y escribir.



2. Longitud

La cantidad de elementos que pondremos es de suma importancia y dependerá de las necesidades y capacidades del niño(a). Tenemos que considerar si e/la niño(a) es capaz de seguir una secuencia de actividades medinte una pista visual y si comprende secuencias de primero, segundo… De ser así, el horario puede contener más de un elemento a la vez. También podemos hacer dos horarios, uno que abarque hasta el medio día y otro para el resto del día.



3. Participación

Es importante la forma en que el niño(a) con TEA es capaz de participar en el uso del

horario. Hay distintas formas, ponerle un check Mark (paloma) al lado de la actividad, darle la vuelta a la imagen, poner la palabra encima, quitar una imagen, tachar etc. La prioridad es que exista un método rutinario para la utilización del horario, de modo que el/la alumno(a) participe de forma activa mientras pasa de una tarea a otra.




4. Ubicación

Donde pondremos el horario es algo a tener en cuenta. Aquí dependerá de las capacidades de nuestro estudiantes, si es un niño que tiene ciertas necesidades o trastorno y a eso le sumamos una discapacidad intelectual severa, lo mejor será que nosotros seamos quienes le proporcionemos el horario, es decir, el/la educador(a) le lleva el horario al niño(a). Para otros niños(as), asignar una pared de transición donde el horario este al alcance del niño(a) es una buena opción. Asimismo, el horario puede ser portátil como una libreta en la que se indican las actividades secuenciadas para los niños(as) que cambian de un aula a otra constantemente.



5. Orden

El orden de las actividades es otra consideración importante. Trataremos de poner actividades que quizás no le gusten tanto al niño(a) seguido de una actividad preferida del alumno(a). Por ejemplo, ejercicios de matemáticas (no le gusta mucho) seguido de leer cuentos o el patio (actividad preferida).



6. Cambios

Ya sabemos que los cambios para las personas con autismo es algo que les afecta mucho. Los horarios es una buena manera para trabajar los cambios y anticiparlos. Podemos agregar que profesor estará en cada actividad, si una actividad ya no se realizara etc. De esta manera, los cambios dejan de ser impredecibles puesto que el/la niño(a) recibe avisos (cambios) a través de los horarios visuales.




7. Calendario de Clase

Aparte del horario diario se puede hacer un calendario de clases donde se identifiquen los principales acontecimientos de la semana o del mes. Por ejemplo: Lunes matemáticas y lengua, Martes: Carnaval y arte etc…




Los horarios siempre deben estar individualizados, basados en las necesidades personales de los alumnos y sus habilidades cognitivas. Gary Mesibov

Gracias por leerme, cualquier duda puedes escribirme:

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